Un diamante bien pulido Extraño nombre para un vino, pensaba yo, hasta que la curiosidad pudo conmigo y me acerqué a conocerlo. Lo que de lejos me parecía una cepa en una etiqueta, de cerca resultan tres caras que encierran la historia de esta bodega, una historia similar a la de otras muchas familias en tierras de vino y de vides. Un viejo majuelo, un padre dedicado al campo y unos hijos que se resisten a tomar el testigo y que al final ceden a la tentación y se vuelcan al cien por cien: ya puestos, ¡lo hacemos bien! ¿Os
Vino en primeur en La Ribera del Duero Es entrar en Quintanilla y morirme de ganas de tomar un vino. La culpa es de Pico Cuadro y de esa pintada que ha puesto a la entrada del pueblo invitando a pasar un buen rato en su bodega. La historia de Pico Cuadro no es la de generaciones cultivando viñas y pisando uva, sino la de un joven enólogo natural de Quintanilla, pionero en su familia en el arte de hacer vino y sobre todo de seleccionar viñedo viejo allí donde se encuentre dentro de la Ribera. La historia nos la
Negón, la esencia de la naturaleza en la Ribera del Duero Pocas visitas hay tan auténticas como la que nos ofrece Víctor a su bodega de Fuentecén, entre Peñafiel y Aranda de Duero. Víctor nos espera a la entrada de su pueblo, como lo hace el Cristo en lo alto de su iglesia: con los brazos abiertos. Y con él nos vamos a comenzar la visita al pintoresco (¡y casi fantasma!) pueblo de Haza, estratégicamente colocado en lo alto de un cerro dominando toda la comarca. Surgió como recinto medieval amurallado y llegó a ser una importante villa con jurisdicción
Milénico, Vinos naturales en la Ribera Música a todo trapo, olor a vino y una perra montando guardia con cara de lista y ojos de haber visto más de una vendimia son las pistas que me llevan a Milénico, en San Martín de Rubiales. Vista desde fuera, la bodega es como una casa más de las del pueblo. La profesión va por dentro y les pillo en plena faena. En el interior de la casa, Juan Manuel me enseña orgulloso sus depósitos de no más de 3.000 litros, su pequeño parque de barricas y hasta su cámara de frío que para todo encuentra sitio. En una
Moradillo de Roa y su cotarro Imposible venir a Moradillo de Roa y no quedar atrapado por la historia y las historias de este pueblo de la Ribera de Duero burgalesa, contadas con entusiasmo por Marta y Nacho Rincón. Imposible no sucumbir a su cotarro y sus bodegas, a su albillo y su cerveza. El pasado de Moradillo es el de un pueblo entregado al vino en cuerpo y alma, con más de veinte lagares y un centenar y medio de bodegas serpenteando en las entrañas de su cotarro. Un pasado común al de muchos pueblos castellanos con una historia hecha de lagares, con su viga y con su husillo,