Vidal Soblechero, el Verdejo auténtico Llegamos a Vidal Soblechero, en la Seca, atraídas por las artes cetreras de Vidal. Queremos ver sus halcones sobrevolando los viñedos, pero lo que nos espera supera con creces nuestras expectativas: una clase práctica de viticultura. Junto a Vidal y su hermana Alicia, recorremos parte de las 42 hectáreas de majuelos (como gustan los secanos de llamar a los viñedos), repartidas por la Seca. Nos llevan derechas al Infierno o, si preferís, a Buenavista que con los dos nombres se conoce el pago: apenas media hectárea de canto rodado y de arena, plantada con la variedad Verdejo. Le siguen a éste más
Garciarevalo, inmersa en la Castilla rural Garciarévalo es de estas bodegas que cuanto más la conoces, más te gusta. Y no es por la bodega en sí, ni por el viñedo ni por el vino (que son de diez), ¡es por su gente!, ¡por simpática! Antonio y Manuela, que tanto montan. Y Reyes, la enóloga, entusiasta como pocas, que sin ser de la familia es como si lo fuera por las ganas que le pone. Y no me extraña, porque la dejan hacer y experimentar. Ole por una bodega familiar dinámica y atrevida. La bodega es coqueta y funcional. Se nota el trabajo de años y el
3 Ases, la apuesta de 3 valientes en La Ribera Viniendo de Aalto, el contraste es evidente. Pasamos del lujo del espacio al encanto de lo pequeño. Nos adentramos en Quintanilla de Arriba, y cuando pensábamos que nos salíamos del pueblo, nos topamos casi sin quererlo con una construcción de color naranja, tan naranja como los vinos de 3ASES, una bodega en expansión cuyo proyecto (y cuyo viñedo) nos engancha desde el primer momento. Pequeña y muy cuidada, como una bodega de cuento, esconde, no uno, sino tres ases en la manga: Ángel, Rubén y César. César es la cara visible de la bodega, un enólogo