Valdemonjas, una autarquía en la Ribera La oteamos desde lejos, medio enterrada en la colina, medio suspendida sobre ella en un perfecto equilibrio. Conforme nos acercamos a Valdemonjas, dejando a un lado los viñedos de Vega Sicilia, sospechamos que aquí todo es asombrosamente auténtico. Una autarquía, según palabras de Alejandro Moyano, que nos espera para presentarnos a su niña mimada. Una bodega ecológica y autosuficiente que, desconectada de la red de electricidad y agua, se abastece con sus propios recursos. Práctica y a la última, y a la vez con un deje de lagar antiguo, así es la nave de elaboración donde encontramos el acero
Ismael Arroyo y Valsotillo, historia viva de la Ribera Nos llama el viñedo, pero nosotros preferimos perdemos por las bodegas subterráneas. Ismael Arroyo es visita obligada. Por muchas razones. Primero, porque son uno de los pioneros de la Ribera y la llevan en la sangre, segundo, porque sus bodegas son un tesoro bajo tierra que cuentan la historia de todo un pueblo de viticultores. Pero también porque es buena gente, porque hacen buen vino, y sobre todo, porque Ramón es un libro abierto. Le gusta hablar de lo suyo y de su entorno, de las tradiciones, de los usos y costumbres. Nos cuenta a dónde va su vino, que le ha
Dominio de Cair, visita copa en mano Cuando la familia Luis Cañas desembarca en la Ribera, lo hace a lo grande. En Dominio de Cair no ha reparado en gastos ni en esfuerzos, todo por la calidad del vino. La selección es una obsesión, desde la uva a la barrica. Y nada de eso es en vano. A todo el que entra en bodega, Noemí le reta a comprobarlo, sonrisa en boca y copa en mano. A modo de bienvenida, estrenamos nuestra copa con un rosado de Cair, un capricho de la casa, de Tempranillo, Garnacha y Albillo. Un buen preludio de lo que nos espera. Bajamos a la sacristía,
Pago de los Capellanes, la perfección perfeccionada Ancha es castilla, atravesamos sus campos solitarios, su paisaje de cerros y suaves colinas, ya en la provincia de Burgos, hasta llegar a Pago de los Capellanes. Ahí está Enrique, esperándonos junto a los nogales centenarios para dispensarnos una cálida bienvenida. Nadie como él para hacernos descubrir los secretos de los Capellanes, de su viñedo y de sus vinos. El secreto de la bodega no es otro que la calidad y el cuidado hasta en los últimos detalles. Perfeccionar lo que ya es perfecto parece ser el lema de la familia Rodero Villa. El secreto del viñedo es el
Matarromera y Emina, dos hermanas bien avenidas Matarromera y Emina, como dos caras de la misma moneda, a tiro de piedra la una de la otra, y entre medias, el monasterio de Valbuena. Una propuesta para un día redondo. Empezamos por Emina y su jardín de variedadesque nos hace soñar con finales de septiembre cuando las uvas estén maduras, ¿nos las dejarán probar? Continuamos por su museo del vino, situado en un atrio como el epicentro de una casa romana. Recorremos la historia de la Ribera y de Carlos Moro, con un ojo puesto siempre en la bodega que se ve desde lo alto y le da a Juan pie